domingo, 15 de abril de 2012

Webquest de Sociales

Almuerzo de remeros, Pierre-Auguste Renoir


El cuadro muestra un grupo de amigos de Renoir descansando en una terraza sobre el río Sena, Francia. El pintor está sentado abajo a la derecha. En el fondo se vé a la futura esposa de Renoir, Aline Charigot, jugando con un pequeño perro.
En este cuadro Renoir capturó una gran cantidad de luz. Como se puede apreciar, la mayor cantidad de luz viene de la gran abertura en el balcón, atrás del hombre en camiseta y sombrero. Las camisetas de ambos hombres en el fondo y el mantel de mesa actúan en conjunto para reflejar esa luz y enviarla a través de toda la composición

El Doctor Paul Gachet, Van Gogh 
En esta obra se muestra el doctor Gachet sentado ante una mesa y haciendo descansar su cabeza sobre su brazo derecho, se trata de un doctor parisino homeópata y psiquiatra, amante del arte.
En el retrato el artista propone un fuerte contraste cromático. En primer plano, sobre la mesa, junto al libro una planta de digital. El digital en la pintura es una planta de la que se extrae un medicamento para tratar de ciertas afecciones cardíacas; es por lo tanto un atributo de Gachet como médico.
La parte superior de la obra está separada por una línea ondulada.


martes, 29 de noviembre de 2011

La felicidad (en cuatro minutos) - Proyectos

El logro de llevar a cabo un proyecto trae con sigo felicidad y además nos hace embarcarnos en nuevos retos con el fin común de alcanzar de nuevo la felicidad. Cada persona posee un proyecto de vida en el que se encuentran todos los retos que esta quiere hacerlos realidad, y todo lo que realiza tiene el fin de alcanzarlos.Generalmente, los proyectos individuales también contribuyen a la felicidad de otras personas, porque normalmente nos sentimos felices haciendo felices a otras personas.
Es más feliz quien esta contento con su propia empresa. 
Los que se sienten más felices son aquellos que se implican en el cuidado del planeta.
El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar de lo que se obtiene.

sábado, 1 de octubre de 2011

Tema 1. Conocete a ti mismo





¿Por qué está canción te hace sentir feliz?
Esta canción me hace sentir feliz porque me recuerda el verano, los amigos y los buenos momentos que pasas con ellos a lo largo de la vida. Me gusta porque representa los buenos momentos y me gusta detenerme a oírla y compararla con las cosas buenas de la vida que me pasan.

jueves, 16 de junio de 2011

Siente la Camiseta



Reciclaje

1. ¿Qué es reciclar?
El reciclaje es un proceso por el cual recuperamos total o parcialmente materia prima reutilizable de un producto ya elaborado. También se podría definir como la obtención de recursos a partir de desechos, introduciéndolos de nuevo en el ciclo de vida y se produce ante la perspectiva del agotamiento de recursos naturales, y para eliminar de forma eficaz los desechos.
2. ¿Por qué tenemos que reciclar?
Debido al volumen de residuos que hay que eliminar. A medida que se recicle más hay que eliminar menos volumen de residuos y, por tanto, menor cantidad de materiales contaminantes en el vertedero.
Para el ahorro de energía. En la producción de los recursos, si se utilizan materiales reciclado, se ahorra cifras significativas de energía.

Con el reciclaje se produce menos contaminación. Ya que para la fabricación de algunos materiales se producen sustancias que en la mayoría de los casos son altamente contaminantes y difíciles de eliminar.
3. La ley de las 3 Rs
Reducir
Si reducimos el problema, disminuimos el impacto en el medio ambiente. Los problemas ambientales habría que solucionarlos empezando por ésta erre. La reducción del consumo de bienes o de energía.
Reutilizar
Segunda erre más importante, igualmente reduce el impacto en el medio ambiente, de forma indirecta. Ésta se basa en reutilizar un objeto para darle una segunda vida útil. Todos los materiales o bienes pueden tener más de una vida útil, bien sea reparándolos para un mismo uso o para un uso diferente.
Reciclar
Ésta es la erre más popular debido a que el sistema de consumo actual ha preferido usar envases de materiales reciclables (plásticos, sobre todo), pero no biodegradables. De esta forma se genera empleo en el proceso.

4. Contenedor azul o iglú verde o contenedor amarillo o depósito de pilas y puntos limpios

•Contenedor amarillo (envases de plastico o de aluminio): En éste se deben depositar todo tipo de envases ligeros como los envases de plásticos (botellas, tarrinas, bolsas, bandejas, etc.), y de latas (bebidas, conservas, etc.)
http://waste.ideal.es/recicladoplastico

•Contenedor azul (papel y cartón): En este contenedor se deben depositar los envases de cartón (cajas, bandejas, así como los periódicos, revistas, papeles de envolver, propaganda, etc.). Es aconsejable plegar las cajas de manera que ocupen el mínimo espacio dentro del contenedor.
http://waste.ideal.es/papel

•Contenedor verde (vidrio): En este contenedor se depositan envases de vidrio.
http://waste.ideal.es/vidrio

•Contenedor gris (orgánico): En él se depositan el resto de residuos que no tienen cabida en los grupos anteriores, fundamentalmente materia biodegradable.
http://waste.ideal.es/vertedero

•Contenedor rojo (desechos peligrosos): Como teléfonos móviles, insecticidas, pilas o baterías, aceite comestible o de autos, jeringas, latas de aerosol, etc.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Valencia-Schalke04

Tenía que ser el antiguo siete de la Roja, el orgullo eterno del madridismo el que amargara la mágica noche de Champions al valencianismo. Llegó Raúl, aprovechó los horrores defensivos del Valencia y dejó medio vacío el vaso que comenzaba a llenarse con los resultados, que no con el juego, del equipo de Emery.

Así es este Valencia de Unai, un equipo impredecible que trabaja y trabaja pero que siempre vive al filo de lo que el marcador le depare. Después de nueve jornadas sin perder en el campeonato doméstico, donde el pasado fin de semana se alcanzó el tercer puesto tras ganar en el Calderón, ha bastado el decepcionante empate ante el Schalke, al que se pudo ganar con una buena renta para la incómoda cita alemana, para hundir el ánimo de los fieles.

Ahora buena parte de la parroquia no confía en dar la vuelta a la eliminatoria, cuando hace menos de un año el Valencia salió airoso de una situación similar en Bremen, tras empatar a cuatro ante el Werder de Özil. No importa, las estadísticas solo sirven para llenar espacios en prensa y audiovisuales. El caso es que el de ayer solo es un partido, uno más en la línea de la temporada que está haciendo el Valencia.

El equipo compite con cualquier rival y no se rinde nunca, incluso por momentos parece que despliega un buen fútbol, pero las intermitencias y los errores imperdonables de algunos jugadores, junto a la galopante fragilidad defensiva, dejan la puerta abierta al contratiempo. Esos pequeños detalles que deciden la mayor parte de los partidos no van a estar siempre abonados al Valencia, hay que mentalizarse.

Volvemos al punto de partida. El equipo de Emery tiene problemas para sacar el balón jugado, unas bandas ofensivas en exceso que se funden con el paso de los minutos y un nutrido grupo de centrocampistas entre los que no hay, o al menos no se ha encontrado todavía, por distintos motivos, un auténtico cerebro que organice el juego ofensivo del Valencia.

El técnico vasco y sus ayudantes intentan compensar estas carencias con un baile de sistemas que le dé frescura al equipo y minutos a todos los jugadores, pero con tres centrales, dos delanteros o el rombo que se viene poniendo de moda con la 'aparición' del 'Chori', está visto que los resultados mandan y que a esta plantilla no se le puede exigir mucho virtuosismo al margen de cumplir con los objetivos marcados.

Se ha perdido una oportunidad única para sellar el pase a cuartos y volver a estar entre los mejores de Europa, pero el frente sigue abierto y el Valencia no está eliminado. En ausencia del buen fútbol que ayer volvió a verse a ráfagas en Mestalla, nadie puede dudar -a los hechos me remito- que este equipo saltará al Veltins Arena a pelear la eliminatoria hasta el último minuto. Yo creo en este grupo y en esta mentalidad, aunque por momentos me aburra el fútbol del Valencia, me sobresalten los desajustes defensivos y me lleve decepciones como la del Schalke, con Raúl como protagonista.

No pudo ser Huntelaar a bocajarro, o Kluge con su envenenado cabezazo a la escuadra, tuvo que ser González Blanco, Raúl, el que volviera a celebrar un gol en Mestalla en noche grande. No tenía bastante con eclipsar la actualidad valencianista en las horas previas al partido, también tenía que ser el protagonista de las crónicas, el acaparador de elogios de los comentaristas nacionales. Para los que ven el vaso medio lleno, a pesar de que Raúl haya osado beber de él, un mensaje: Aún nos queda Gelsenkirchen

domingo, 13 de febrero de 2011

At. Madrid 1-2 Valencia


El Atlético de Madrid comenzó esta temporada henchido de orgullo, con una Supercopa europea en sus vitrinas y un liderato en las primeras jornadas de Liga, prolegómenos de una caída lenta y regular hacia abismos hoy por hoy desconocidos. Como el futuro de Quique Sánchez Flores, el hombre que levantó a un equipo alicaído, pero que ahora da palos a ciegas y se muestra incapaz de interpretar las señales de una plantilla que, lejos de mejorar con los traspasos y sus recambios, se desmorona. Eliminado en Europa y de la Copa, con 30 puntos tras 23 jornadas de Liga y cuatro derrotas consecutivas, masca su tragedia.

El Valencia comenzó el curso llorando su condición de humilde, obligado a vender a sus jugadores más valorados. Fichó a precios asequibles, ahorró y fundamentó su permanencia en la elite en el orgullo de vestir la camiseta de Mestalla. Unai Emery no disfrutó de un respaldo porque con los primeros tropiezos le llegaron las voces estridentes y la desconfianza social. Sin embargo, ha sujetado a su plantilla, la ha convencido de que puede sostenerse entre los grandes y ahí está, en el segundo escalón de la 'Liga A Dos', forcejeando con el Villarreal por el tercer puesto con 47 puntos y en vísperas de unos octavos de la Champions.

Lo que se vio en el Calderón no justificó los ya 17 puntos de diferencia entre el Valencia y el Atlético. Por juego, el equipo de Emery no desmostró ser mejor, aunque su posesión de balón fuera superior. Sus pases lentos y cortos en propio campo y sus dificultades para avanzar indicaron desde el comienzo que el balón no es parte crucial de su estrategia.

El Atlético de Madrid tira por el mismo camino, pero con una inseguridad en sus fuerzas que lo traiciona. En la defensa, que amenaza quiebra a cada llegada del rival, y en el centro del campo. Las variaciones de Quique aumentan esa sensación de inseguridad, de provisionalidad, que derrama su equipo en cada actuación. Incluso partiendo con ventaja, su confianza se parte en dos en cuanto su adversario teje tres o cuatro pases seguidos.

Los rojiblancos llevaron bien el partido hasta la media hora, sujetos al gol de Reyes y a la parsimonia valencianista. La apertura del marcador se produjo de improviso, en un balón recuperado por Forlán y la indecisión imperdonable de los defensores valencianistas, hasta cuatro, que dejaron al sevillano entrar en su área y perfilar su remate con la izquierda, cruzado lo justo para superar a Guaita.

El Valencia encontró algo de fluidez a 10 minutos del descanso y eso fue suficiente para engarzar dos jugadas de claro peligro en área del Atlético, donde siempre hay algún tesoro que recoger. La segunda -un balón que Pablo le sustrajo a Raúl García, un centro de Alba, la inacción de Soldado y el remate a placer de Joaquín- supuso el empate.

Lo ramplón gobernaba la segunda parte, hasta que los banquillos empezaron su trasiego habitual y el Atlético se vio obligado a echarle más veneno a su juego. Lo mejor siempre lo acaparó Reyes, cuyo partido fue impecable. Forzó el penalti claro de Maduro y derrochó ingenio y esfuerzo en jugadas de alto nivel. Pero a Diego Forlán se le está atravesando la temporada y a pesar de engañar a Guaita en el lanzamiento desde 11 metros, envió el balón dos o tres centímetros más allá de lo necesario para marcar: El poste lo rechazó.

El Valencia contrarrestó el ataque del Atlético. Cruzó a sus defensas en cada acción del Kun, de Forlán o de Reyes y cedió saques de esquina a barullo. No es una disciplina que domine este Atlético una vez que se fue quien los lanzaba casi todos, Simao. Joaquín soltó una respuesta letal. Un fenomenal acelerón de Jordi Alba hasta casi el final del pasillo izquierdo, un pase retrasado a la frontal para que Pablo cediera a su vez el disparo al extremo gaditano, quien, en carrera, apuntó y sepultó las buenas cualidades de David de Gea bajo el descomunal peso de otra derrota.